Tu risa, de Pablo Neruda

"Niégame el pan, el   aire,

 la luz, la primavera,

 pero tu risa nunca

 porque me moriría."

La educación prohibida

La educación prohibida, comienza con la comparación del sistema educativo actual con el mito de la caverna. Las personas aprenden por aprender, como los hombres de la caverna cuando conocían el mundo exterior a través de las imágenes reflejadas por el fuego. Una vez que salían al mundo exterior se sentían presionados, y tenían miedo, como si estuvieran dentro de otra caverna.

Plantean nuevas formas en la educación. A través de entrevistas a educadores, autores, profesores, padres, madres y recorriendo numerosos países de Iberoamérica (además de España), nos reflejan pensamientos y reflexiones sobre nuevas formas de educar.

Comienza con el escrito por parte de unos jóvenes sobre el tradicional sistema educativo al que consideran que está anticuado y es siempre lo mismo, ya que considera a los alumnos como si fueran una nota (los que suspenden son los que no valen, lo que aprueban son los regulares y los que sacan notas excelentes son los que están mejor considerados). Dichos jóvenes piden la necesidad de crecer y el surgimiento de nuevas formas de educación, en la que todos cuenten, es decir, atendiendo a la diversidad. Proponen cambiar las estructuras actuales del sistema educativo.

Los docentes (y los futuros) debemos ser guías y estar preparados para reconocer los sueños de nuestros alumnos, conocer a nuestros alumnos, transformando el aula en un lugar en el que todos nos respetamos, un lugar en el que predomina la paz, el respeto, la solidaridad, resolviendo los conflictos que se produzcan para vivir todos los miembros en armonía y de la mejor manera posible.

Los alumnos deben estar considerados como personas iguales entre ellas, nadie es diferente por ser como es.

Debemos inculcar en ellos el aprendizaje verdadero, desarrollar el interés por las materias, por aprender, no solamente por lograr ser alguien en la vida, estudiar por estudiar, por conseguir un título escolar o universitario que les sirva para lograr un trabajo. Además de todo esto, debemos lograr que aprendan, que sean capaces de solucionar los problemas que les surjan cuando se enfrenten al día a día de la vida. Estos alumnos deben elegir su propio destino, no elegirlo nosotros por ellos, conocer sus emociones y desarrollando la creatividad.

Por otro lado, la pregunta que nos podemos plantear es: ¿Cómo un sistema educativo nacido en el siglo XIX sigue vigente actualmente?. El sistema educativo tradicional debe cambiar, no debe ser siempre lo mismo, ya que a lo largo del tiempo ha habido cambios, la sociedad del siglo XIX no es la misma que la sociedad actual. Al igual que los problemas que surgen actualmente no son los mismos que sucedían en aquella epoca.

Hay que lograr el aprendizaje de los alumnos de una manera creativa y dinámica, con la participación de todos, afrontar los retos que se nos presenten y conocer el potencial que poseen los alumnos para construirlos como personas.

La educación está en un continuo proceso de cambio. Destacar la siguiente frase: 

"La educación tiene que avanzar, tiene que crecer, tiene que cambiar"

Como conclusión final, deciros que durante el visionado de dicha película, os sentiréis con más ganas de seguir viendola, interesandote por cómo puede seguir desarrollandose. Añadir que ha sido un verdadero placer conocer las inquietudes, problemas y propuestas sobre este tema, que está en continuo movimiento.

Sumando sonrisas.

Que fácil es sonreír, cuando nos miramos al espejo y nos damos cuenta que

 nuestra sonrisa traerá otra sonrisa.

Unidos por Adrián

Adrián, con su muñeco.

Quiero comenzar este blog con una historia cercana, la historia de Adrián.

Adrián Vicente González nació el 15 de Diciembre de 2003 en Ciudad Rodrigo, pero tenía un problema, no sonreía. El motivo es que padece la enfermedad rara llamada Hipogenesia de cuerpo calloso, una malformación cerebral, lo que provocó un retraso en el desarrollo psicomotor y mental.

Adrián habla muy poco, sin construir frases y no comprende las palabras que le dicen, olvidando las cosas y sin saber leer ni escribir.

La familia de Adrián está sacrificándose por conseguir lo mejor para el niño, para que pueda sonreír en su día a día, como todos los niños de su edad.

Por eso, piden tu ayuda: Recogen tapones de plástico para reunir dinero y lograr la sonrisa que Adrián se merece.

Es de destacar el papel de los padres del niño, y su familia, los cuales se esfuerzan cada día en conseguir su propósito: reflejar la misma sonrisa que tienen los niños de su edad en Adrián. Como todos, merece ser feliz logrando sus propósitos y sobrellevando con energía y alegría su enfermedad. 

Desde aquí, enviar los mejores deseos a sus familiares y decirles, que con la ayuda de todos vamos a conseguir nuestro propósito: ¡Dibujar en Adrián una sonrisa, que perdure para siempre! :)