Personalmente, tuve que vivir desde pequeño con esta enfermedad, puesto que mi abuelo, solo cuando yo tenia 7 años padecía alzheimer.
Aunque tengo muy pequeños recuerdos, me quedan algunos de cuando no se acordaba de quién era, o cuando hablaba de las historias que le ocurrían cuando era pequeño, y no de las que vivia conmigo por ejemplo cuando me llevaba al parque. Empezó el Alzheimer, y acabó por olvidar hasta sus pequeñas aventuras de juventud, para llegar a estar postrado en una cama, en la que duraría apenas un año. Y se fue.
Antes de que mi abuelo sufriera esta enfermedad, no tenía ni idea de lo que era esta enfermedad. Y ahora, con unos años de más, soy consciente de lo que fue, de lo que hay que luchar por vencerla, si no te vence ella a ti.
Un componente esencial en la lucha, es el familiar, el cual tiene que estar pendiente del enfermo en todo momento. También, se puede reforzar a este mediante diversos ejercicios de memoria, como puede ser el escribir o el leer.
Desde esta pequeña entrada y agradeciendo que se celebren dias como estos, quiero homenajear a todas aquellas personas que padezcan esta enfermedad, tanto de cerca como de lejos, y sobre todo, recordar a ese abuelo que siempre estaba pendiente de mi, cuando me llevabas al parque, al colegio o a dar una vuelta en el triciclo. Estés donde estés, siempre te recordaré, aunque tú en tus últimos años no te acordaras de mi...pero eso solo tiene un nombre, y le llaman: Alzheimer.
Tu nieto más pequeño,
David.